La utilización de piercings en la cavidad bucal puede causar diversas alteraciones que ponen en riesgo la salud de nuestra boca. Algunas de estas son:
- Infecciones: Se los piercings se realizan en medios inadecuados y sin las medidas higiénicas oportunas, se pueden producir infecciones que incluso pueden llegar al torrente sanguíneo y a otros órganos.
- Traumatismos: Los piercings tienen un riesgo alto de engancharse y ser arrancados, lo que puede producir desgarros y pueden derivar en la pérdida del sentido del gusto y del tacto.
- Recisión gingival: Un piercing en la lengua puede dar lugar a la recesión de la encía en la cara lingual de los dientes.
- Cicatrices queloides: Se trata de tumoraciones grandes, rojizas y dolorosas al tacto.
- Hipersalivación: La presencia constante de un piercing en la cavidad bucal puede producir un aumento de la salivación necesaria en la boca.
- Fisuras o fracturas dentales: Los piercing bucales pueden golpear los dientes dañando seriamente su estructura.
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